domingo, 26 de octubre de 2014

La economía colaborativa, rompiendo moldes

En estos últimos tiempos van cobrando mayor presencia herramientas, que permiten un retorno a algo que siempre a existido, la economía colaborativa.

El trueque, compartir un bien o adquirirlo de forma conjunta son acciones antiguas que vuelven a nuestras vidas gracias a las tecnologías.

No deja de ser un hecho muy interesante esta mezcla de conceptos que históricamente han funcionado con nuevas herramientas en nuestra sociedad.

Sin embargo, este nuevo "matrimonio" conceptual está haciendo crujir algunas estructuras económicas establecidas.

La aparición de webs como Uber, Blablacar o Airbnb está provocando que algunas formas negocio cambien o tengan que cambiar.

Hoteleros, taxistas o empresas de transporte ponen el grito en el cielo contra la competencia que ejercen estas plataformas.

Pero, ¿alguien duda que estas empresas o estos nuevos modelos negocio ni hayan venido para quedarse?

No deja de ser paradójico que se nos pida innovación para salir de esta crisis, pero cuando esta innovación choca con las estructuras establecidas aparezcan elementos de defensa.
Si queremos innovar, tenemos que ser susceptibles al cambio, lo que ayer era impensable hoy no solo es posible, sino imparable.

Estas herramientas están y estarán a disposición de los usuarios siempre que ofrezcan mejores servicios que las tradicionales, y será el propio mercado el que decantará su futuro.

Con esto tampoco podemos pensar que no se hayan de regular, pero, como la legislación siempre irá por detrás, los propios usuarios iremos seleccionando herramientas en virtud de los servicios que ofrezcan y la garantía que demuestren.

Estamos ante una nueva era del desarrollo de negocios que internet hace avanzar a velocidades imposibles solo hace unos cuantos años.

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